Carta a los que no aceptan

Queridos pacientes que no aceptan:

Es por todos bien sabido que la enfermería es una profesión mayoritariamente femenina, lo cual no implica en ningún caso que no haya hombres que se dedican a ella (muchos y cada vez más), pero este es un hecho que me sirve como punto de partida a lo que me gustaría plantearles.

Soy un hombre, sí, pero no por ello estoy menos preparado y tampoco menos cualificado para realizar las labores que realizo en mi día a día como auxiliar de enfermería mientras finalizo mis estudios, no nos olvidemos jamás que tratamos con personas, no con géneros.

Mis funciones son ayudarles, tratar de suplir sus carencias y "normalizar" su situación para que puedan desarrollar con la mayor facilidad posible sus actividades básicas de la vida diaria tales como deambular, las ingestas o el uso del baño y el lavabo para que hagan sus necesidades y mantengan una higiene adecuada, entre otras. Esas son algunas de mis funciones y en ningún caso mi función (ni tampoco la de ningún otro miembro del equipo de trabajo) es la de cumplir con sus órdenes, puesto que no somos mayordomos, sirvientes ni esclavos de nada ni de nadie.

También considero que es importante tener en cuenta que la educación y el respeto no están reñidos con nada y la edad o el estatus social, que se haya tenido o se tenga, jamás será motivo suficiente como para considerar como tolerables según que comentarios.

Estas situaciones suelen darse más cuando una paciente se encuentra con un hombre delante para atenderla y no con una mujer como dicen desear, a veces de buenas maneras y otras tantas... de un modo menos correcto...

Aún así, hoy no pretendo extenderme si no más bien ser conciso y por eso me gustaría que, por lo menos, si no aceptáis esta ligera explicación, aceptéis y entendáis lo que a continuación os planteo:

Tanto hombres como mujeres estamos igual de capacitados para desarrollar las tareas propias de este trabajo, sin importar en ningún caso si ante nosotros tenemos a un hombre o a una mujer, pues no trabajamos con géneros si no con personas.

Se encuentran en una situación que no es agradable, lo cual comprendo perfectamente, pero tengan en cuenta que nuestra función no es servirles, si no cuidarles.

Les acepto como son, les respeto como son, con sus valores, sus creencias, sus manías... y jamás recibirán un desprecio hacia ustedes por mi parte, ¿porqué debo yo recibir los suyos?

Traten empatizar, aunque sea sólo por una vez, con "los del pijama blanco", tal vez así vean las cosas de otro modo.


Y no me gustaría dejar a nadie de lado, así que aprovecho para hacer llegar también un mensaje al otro lado del tablero, así pues... Estimados profesionales de salud:

¿Acaso se debe permitir que se nos trate de un modo discriminatorio por algunos pacientes de forma continuada y repetitiva?

¿Es lícito tolerar que se discrimine a compañeras o compañeros por razón de género, cultura, religión...?

¿Nos damos cuenta que tolerar estas situaciones crea diferencias entre los pacientes dividiéndolos entre "privilegiados" y "el resto"?

No nos olvidemos de lo que, a mi parecer, es lo más importante en este mundo de la sanidad y, si me lo permiten, en la profesión más bonita de todas, la enfermería:

SOMOS PERSONAS, TRABAJANDO CON PERSONAS Y TRABAJAMOS PARA OTRAS PERSONAS

Y sobretodo tanto profesionales como pacientes, no olviden jamás que GRACIAS y POR FAVOR son dos conceptos que facilitan la vida de todos, tanto de quien da como de quien recibe.

Un cordial saludo y gracias por su tiempo.

P.D. Un fuerte abrazo y un efusivo aplauso a todas y todos los que día a día luchan para que esto no tenga lugar, que saben decirle al otro (ya sea paciente o compañero/a) NO cuando toca, sin alzar el tono de voz y sin faltar a nadie. Gracias, pues es por vosotros que este mundo es cada día un poquito más humano.

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